75 años

Edicion_2727

Retrato del Pastor Peruano

En momentos de gran incertidumbre global, cobra especial relevancia el gesto del papa León XIV: reivindicar públicamente su nacionalidad peruana por naturalización. Esta afirmación de identidad se cristaliza en el reciente anuncio del documental León de Perú, producido “oficialmente” por Vatican Media y rodado con notable celeridad en el norte del país.

El Vaticano desplegó a tres periodistas –Salvatore Cernuzio, Felipe Herrera Espaliat y Jaime Vizcaíno-Haro– para seguir los pasos de Robert Francis Prevost (hoy Papa León XIV) en Chulucanas, Trujillo, Lima, Callao y Chiclayo. Según Vatican News, esta producción recorre desde parroquias y colegios hasta hogares religiosos y comunidades rurales, con la clara intención de destacar su historia como evangelizador y hombre de fe en su país adoptivo.

El italiano Cernuzio, de 38 años, cubre las actividades papales desde 2011. Ha trabajado como vaticanista para la agencia católica Zenit y para el portal Vatican Insider, del diario La Stampa. El chileno Herrera-Espaliat es periodista y sacerdote. Vizcaíno-Haro, ecuatoriano, es documentalista además de docente y bajista en bandas de rock.

El título lo deja claro: León de Perú busca comunicar al mundo una narrativa construida en torno a su propia decisión de abrazar el Perú. En esta dramatización oficial, el papa no solo es percibido como un líder espiritual universal, sino como “nuestro pastor”, un defensor de las raíces y vivencias compartidas.

RENOVACIÓN CHICLAYANA

La reafirmación de su vínculo con el Perú no se limita al cine. En Chiclayo, su antigua diócesis, se anunció la renovación de cinco proyectos de ayuda social –educativos, sanitarios, emprendedores y ambientales–fundados entre 2014 y 2023 durante su etapa como obispo local. Estas iniciativas, llevadas adelante en alianza con instituciones como la Cámara de Comercio de Lambayeque, Renovando Vocaciones, la organización Voces de Ayuda y diversas parroquias, prometen continuar bajo nuevo impulso tras su elección como pontífice.

El anuncio del documental y el relanzamiento de los proyectos sociales en Chiclayo forman una estrategia efectiva y coherente:

Reconoce y reivindica su nacionalidad peruana, inscrita en su DNI desde 2015 y renovada tras su designación con el documento electrónico 3.0: un gesto simbólico de unidad en un país hoy golpeado por la crisis social y política. También muestra que su vínculo con el Perú no fue circunstancial, sino una decisión personal que marcó su vida y ministerio. Además, reafirma su compromiso con la justicia social, respaldado por acciones concretas encaminadas a mejorar las condiciones de los más vulnerables.

Esta exaltación pública de su peruanidad ofrece al país una narrativa inspiradora: un papa que, sin renunciar a su origen estadounidense, opta conscientemente por el Perú. En una coyuntura donde el patriotismo suele confrontarse con el cinismo político, su testimonio aporta un modelo a seguir: de fe profunda, servicio desinteresado y coherencia con sus raíces adoptivas.

León de Perú se presenta como una pieza narrativa estratégica. Con la fuerza simbólica del audiovisual y el respaldo tangible de programas sociales, el papa León XIV concentra en su figura un mensaje de identidad, esperanza y compromiso social. Para los peruanos, no es menor: representa a un compatriota, un líder global que insiste en hablar desde el suelo que lo formó. En tiempos de desconfianza, ira colectiva y desiertos de liderazgo, no es poca cosa.