El transporte de carga es uno de los pilares de la economía peruana, pero su desarrollo está marcado por una gran desigualdad territorial. Si bien el país posee un territorio vasto, más de 1,2 millones de kilómetros cuadrados, su red de infraestructura logística está fuertemente concentrada en Lima y el Callao. Esta centralización genera desequilibrios significativos en el acceso a servicios logísticos eficientes para las regiones del interior, afectando directamente su competitividad y capacidad de crecimiento.
La red vial nacional supera los 140 000 kilómetros, pero solo el 20 % está asfaltado. Esta situación se agrava por la compleja geografía del Perú, que incluye cordilleras, selvas y zonas aisladas de difícil acceso. Las vías de comunicación hacia las regiones andinas y amazónicas suelen ser carreteras estrechas, sin pavimentar o con mantenimiento precario, expuestas a fenómenos naturales como lluvias intensas y deslizamientos. Esta realidad encarece notablemente los costos del transporte y limita el desarrollo logístico en muchas zonas del país.
La falta de conectividad adecuada impacta directamente en las economías locales. El transporte de productos agrícolas, manufacturados o de primera necesidad desde regiones alejadas hacia los mercados de consumo, principalmente en Lima, puede duplicar o triplicar su costo debido a la ineficiencia en el traslado. Esto no solo encarece el costo de vida, sino que reduce las oportunidades para que los productores del interior compitan en igualdad de condiciones.
Asimismo, la escasez de infraestructura moderna en puertos, aeropuertos y centros logísticos fuera de Lima limita la posibilidad de desarrollar polos económicos descentralizados. Esta situación obliga a muchas empresas a operar desde la capital, aumentando la congestión y sobrecargando la infraestructura logística existente.
Para afrontar esta problemática, el Estado peruano, a través del Ministerio de Transportes y Comunicaciones (MTC), ha trazado una hoja de ruta ambiciosa que contempla una inversión de más de S/ 236 000 millones en infraestructura de transporte hacia el año 2035. Entre los proyectos más emblemáticos se encuentra la construcción de la Nueva Carretera Central, que promete una ruta más segura y rápida entre Lima y la Sierra central, así como el desarrollo de ferrocarriles regionales que impulsen la interconexión del territorio.
También se priorizan mejoras en aeropuertos regionales, ampliaciones portuarias y la creación de corredores logísticos que dinamicen el flujo de mercancías hacia y desde las regiones. Estas inversiones son clave para reducir la brecha territorial y promover un desarrollo más inclusivo.

AFE OPERADOR LOGÍSTICO: CONECTIVIDAD, TECNOLOGÍA Y COMPROMISO NACIONAL
En este escenario, el rol del sector privado es crucial. AFE Operador Logístico se posiciona como un actor clave que contribuye activamente a mejorar la conectividad en el país. Con más de dos décadas de experiencia, AFE ha evolucionado de ser una empresa de transporte de carga a convertirse en un operador logístico integral, adaptándose a los nuevos desafíos del sector.
AFE Operador Logístico cuenta con sedes estratégicamente ubicadas en Lima, que le permiten operar rutas hacia el norte, centro y sur del país con eficiencia y rapidez. Pero su verdadero diferencial está en el uso de tecnologías de vanguardia: sistemas de monitoreo en tiempo real, trazabilidad de carga, control de temperatura y servicios de almacenamiento bajo estándares internacionales. Esto permite brindar a sus clientes una gestión logística segura, transparente y alineada con las exigencias del mercado actual.
Además, AFE ha obtenido certificaciones clave como ISO 9001, ISO 14001 e ISO 45001, que garantizan calidad, sostenibilidad y seguridad en sus operaciones. Su visión integral incluye servicios de courier, transporte, distribución, maquilado y gestión de inventario, fortaleciendo así toda la cadena logística de sus clientes.
Comprometida con el desarrollo nacional, AFE Operador Logístico se convierte en un aliado estratégico tanto para empresas privadas como para proyectos públicos que buscan acortar las brechas logísticas y generar una verdadera integración territorial. En un país donde la logística aún enfrenta grandes desafíos, compañías como AFE demuestran que la innovación, el compromiso y la eficiencia son motores reales del progreso.
