El papa León XIV ha iniciado su pontificado con gestos que buscan sanar las divisiones internas de la Iglesia Católica. En una estrategia que combina continuidad y reconciliación, ha otorgado roles destacados tanto al cardenal Robert Sarah, identificado con la línea tradicionalista, como al cardenal Luis Antonio Tagle, cercano al legado reformista de Francisco.
El 24 de mayo, el Vaticano anunció que León XIV designó al cardenal Sarah como su enviado especial para las celebraciones del 400º aniversario de las apariciones de Santa Ana en Sainte-Anne-d’Auray, Francia. Este gesto otorga visibilidad al ala conservadora, ya que Sarah es una figura prominente entre quienes defienden una liturgia más tradicional y se opusieron a algunas reformas de Francisco.
Simultáneamente, el papa confirió al cardenal Tagle el título de obispo cardenalicio de Albano, una de las diócesis suburbicarias más prestigiosas. Este título había sido asignado previamente al propio León XIV, cuando era cardenal, pero no llegó a tomar posesión. La decisión refuerza el perfil de Tagle como uno de los principales representantes de la visión pastoral y misionera promovida por Francisco.
UN LLAMADO A LA UNIDAD
Durante su toma de posesión como obispo de Roma en la Basílica de San Juan de Letrán, León XIV expresó su compromiso con la escucha y la colaboración:
“Expreso el deseo y el compromiso de entrar en este vasto proyecto poniéndome, en la medida de lo posible, a la escucha de todos, para aprender, comprender y decidir juntos: cristiano con ustedes y obispo para ustedes.”
Estas palabras reflejan su intención de ser un puente entre las distintas sensibilidades dentro de la Iglesia, promoviendo un liderazgo basado en la humildad y el diálogo.CONTEXTO DE TENSIONES

CONTEXTO DE TENSIONES
La elección de León XIV se produce en un momento de tensiones internas. El cardenal Walter Kasper reveló recientemente que el papa Francisco intentó avanzar en reformas como la flexibilización del celibato sacerdotal, pero enfrentó la oposición del papa emérito Benedicto XVI y del cardenal Sarah, quienes intervinieron para frenar estos cambios.
En este contexto, los primeros actos de León XIV parecen orientados a de-sactivar posibles conflictos, integrando a figuras de distintas corrientes en roles significativos y reafirmando su compromiso con la unidad y la reconciliación dentro de la Iglesia.
