EsSalud, con casi 13 millones de personas aseguradas, atraviesa su hora más crítica. Importantes proveedores de la institución se contactaron con CARETAS para informar sobre una grave ruptura en la cadena de pagos que estaría a punto de generar una crisis de desabastecimiento de medicamentos. “Los pagos se han reducido al mínimo”, alertan las fuentes. Uno solo de los proveedores tiene, por ejemplo, S/ 21 millones de deuda vencida por cobrar. Con las empresas de Comsalud, el gremio del sector afiliado a la Cámara de Comercio de Lima (CCL), se mantiene una deuda que supera los S/ 200 millones. Un monto que triplica el número conocido de S/ 70 millones, denunciado por la Asociación Nacional de Laboratorios Farmacéuticos (ALAFARPE).
La insistencia de los proveedores por ser atendidos, vía los buenos oficios de la CCL, solo tuvo por respuesta una reunión con dos abogados de la gerencia central de EsSalud, quienes argumentaron que la razón del inmenso “perro muerto” es la gigantesca deuda que el Estado mantiene con el seguro social, basada en aportes impagos de los trabajadores, que se acerca a los S/ 4 mil millones. Es una situación extrema, pero no es nueva y tampoco explica el nivel del actual retraso de los pagos.
A este cuadro se suma una controversia aún no resuelta: el presupuesto institucional. Según cifras del propio Ministerio de Economía y Finanzas (MEF), EsSalud recibió para este año un presupuesto de más de S/ 16 mil millones, el más alto de su historia. Sin embargo, diversos informes de la Contraloría y del Congreso alertan que existe una subejecución preocupante, con recursos que no se trasladan de manera oportuna a regiones o unidades ejecutoras. Esta desconexión entre el presupuesto asignado y el gasto efectivo agrava la percepción de ineficiencia y debilita la capacidad de respuesta de la entidad.
Trascendió que el nuevo primer ministro, Eduardo Arana, se encuentra armando una terna para reemplazar al actual presidente del directorio de EsSalud, Segundo Acha. Es insólito. Tras la gestión de Fiorella Molinelli, quien encabezó EsSalud entre 2018 y 2021, el seguro ha tenido nada menos que nueve presidentes. En lo que va de 2025, ya son tres.
Esta semana se comentó mucho el retorno de Aurelio Orellana como presidente ejecutivo. Sin embargo, antes tendría que responder y aclarar sobre su activa participación en el pago de S/ 41 millones a Aiona Technology Corporation S.A.C. investigado por el ministerio público.
En este caso los cuestionamientos van dirigidos principalmente contra el gerente central de Gestión Financiera, Publio Román Maldonado, quien pese a los constantes requerimientos no autoriza los pagos correspondientes.

COLAPSO OPERATIVO
El último miércoles 21, el congresista Carlos Zeballos, coordinador del grupo de trabajo de evaluación de la calidad de servicios y resultados de gestión de EsSalud, presentó ante la Comisión de Fiscalización un informe que confirma el colapso operativo de la entidad. Entre los hallazgos más graves se reporta que:
• El 38 % de los hospitales de segundo y tercer nivel no cuentan con categorización vigente, lo que compromete su capacidad resolutiva.
• Solo el 14,6 % de las horas-médico son programadas en consulta externa, limitando el acceso oportuno a atención médica.
• El 81 % de los hospitales no cuenta con sistema de llamado paciente-enfermera, y el 44 % carece de cuartos de aislados en emergencias.
• El 11 % de las salas quirúrgicas están inoperativas, y existen más de 7000 pacientes en lista de espera. Se identificó la existencia de apenas un resonador magnético operativo a nivel nacional y múltiples equipos de ecografía, rayos X y tomografía inoperativos.
Además, se documentaron denuncias por uso indebido de recursos, como la distribución de los polémicos “pescaditos de hierro” en Puno sin aprobación técnica, y contrataciones directas por más de S/ 91 millones durante la pandemia con expedientes prescritos.
El informe cierra con una recomendación clara: crear una comisión investigadora que proponga sanciones a los funcionarios responsables, reorganice la gestión de EsSalud y defienda el derecho fundamental de más de 12 millones de asegurados. Como señaló Zeballos: “No hay salud posible con estructuras administrativas capturadas por intereses ni con redes hospitalarias paralizadas por deudas”.
La mala administración de los recursos y de sus procesos internos no solo impacta negativamente en la gestión y en la debida y oportuna atención al asegurado, sino que ahora está dirigido al cumplimiento de las obligaciones financieras a sus acreedores, que no se cancelan por una aparente mala gestión de activos en la institución.