La historia de Doménica Padilla no comienza con una brocha de maquillaje, sino con un reflejo en el espejo y una niña fascinada por lo estético. Desde pequeña, supo que la belleza no era solo vanidad, sino una manera de expresar cómo se siente uno consigo mismo. “Si me sentía bien arreglada, me sentía bien por dentro”, confiesa.
Su infancia fue difícil. Tras perder a sus padres cuando tenía apenas tres años, tuvo que enfrentar muchos obstáculos. A los quince terminó el colegio y, ante la presión de su entorno conservador, intentó la ruta convencional de la universidad. No tardó en darse cuenta de que su pasión estaba en otro lado. La escuela de Meche Solaeche fue su respuesta, pues allí se formó como esteticista, lo que sería el primer paso de una larga trayectoria que transformaría su vida.
APRENDER Y REAPRENDER
Con las bases firmes y definidas, su búsqueda de excelencia la llevó a capacitarse en España, Colombia, Brasil e Italia, explorando nuevas técnicas en micropigmentación, estética avanzada y tratamientos de cuidado facial. “La belleza es un arte en evolución. No puedes quedarte atrás”, dice.
Cada viaje fue una oportunidad para refinar su propio estilo y traer al Perú lo último en innovación estética. “No se trata solo de aprender, sino de adaptar y mejorar”, enfatiza. Su técnica busca optimizar la precisión, arte y personalización.
La transformación del maquillaje permanente ha sido una revolución en la industria. “Lo que antes era un tatuaje de cejas ahora es un arte hiperrealista”, explica Padilla. De la micropigmentación tradicional al nanoblading, cada técnica ha evolucionado para ofrecer resultados cada vez más naturales. “No todas las técnicas son para todas las personas”, advierte. La personalización es clave.
UN LARGO CAMINO
A pesar de su dedicación y talento, el éxito de la especialista en belleza no fue cuestión de azar. “Cuando empecé, este rubro no era visto como una carrera seria”, recuerda. El prejuicio contra la industria de la belleza la acompañó durante mucho tiempo, pero ella se encargó de desmentirlo. “Vivo de esto, he construido una empresa, y he visto a muchas mujeres transformar sus vidas con este oficio”. Su estudio no solo embellece rostros; también forma profesionales. “Siempre digo que enseñar es dejar una huella. Y para mí, eso es trascender”.
Durante la pandemia, el estudio de Doménica creció inesperadamente. Su hogar se convirtió en un beauty home, un espacio donde la belleza se convirtió en un refugio emocional. “Mis clientas me pedían que siguiera atendiendo. No era solo estética; era un soporte emocional”, recuerda. Su crecimiento la llevó a abrir su primer estudio formal fuera de casa. Aunque recuerda entre risas que la decisión fue apresurada por el descontento de sus vecinos que veían cada vez más personas circulando por el ascensor de su edificio. Salir de su zona de confort fue el inicio de la consolidación de su marca.
Hacia la excelencia
Hoy, dirige siete estudios especializados en micropigmentación, skin care y tratamientos capilares, con un octavo a punto de inaugurarse en Arequipa. Su nombre tiene como propósito ser un sello de excelencia. “Lo que hacemos aquí es mucho más que embellecer. Trabajamos con la confianza de las personas”, afirma. Sus espacios, donde la estética y el bienestar convergen, reflejan la filosofía que tuvo presente desde un inicio: la belleza empieza desde dentro.
De hecho, el símbolo de su estudio, un asterisco, no es casualidad. Representa lo esencial, lo que debe ser resaltado. “Nos preocupamos por resaltar la belleza de cada persona de una manera única y especial”, dice. No se trata de transformar rostros, sino de potenciar su mejor versión. Este 2025 es un año de expansión para Doménica Padilla. La apertura de nuevos espacios, como su nuevo salón en Begonias, San Isidro, el desarrollo de su escuela de formación y la consolidación de su marca están en la agenda. Pero su objetivo va más allá. “Siempre trabajo en ser mejor que ayer. No busco ser la mejor, sino la mejor versión de mí misma”, concluye. Con esos valores como estandarte, no será sorpresa ver que su franquicia seguirá creciendo.