Escribe: JUSTO CARBAJAL AGUIRRE
Este año una serie de proyectos se perfilan especialmente provechosos para el sector logístico. Uno de ellos es el nuevo ferrocarril Chancay-Pucallpa. El Ministerio de Transportes y Comunicaciones (MTC) detalló que esta obra se extenderá por 900 kilómetros y demandará una inversión de 14 mil millones de dólares.
El propósito de este megaproyecto es crear un corredor multimodal que, por un lado, conecte el puerto de Chancay –ubicado en la costa central– con la ciudad de Pucallpa, en la región amazónica. ¿Qué se conseguiría? Pues la unión permitirá una circulación fluida de productos entre la selva y la costa, uniendo al Perú con los mercados internacionales de manera más eficiente.
La distancia de 900 kilómetros, que puede parecer una gran extensión en términos logísticos, se convierte en una senda estratégica para el intercambio de bienes entre el centro y el este del país.
Actualmente, el traslado de productos de la selva a Lima es un proceso lento y costoso. Las infraestructuras actuales no dan abasto para satisfacer la creciente demanda comercial. Con la implementación de este proyecto, el país podría reducir significativamente los costos de transporte, acortar los tiempos de entrega y facilitar el acceso a mercados internacionales con una mayor competitividad.
OPTIMIZACIÓN LOGÍSTICA
Aunque actualmente Proinversión tiene pendiente estudiar los beneficios específicos y definir las estaciones del nuevo corredor, lo concreto es que el megaproyecto no solo beneficiará a las grandes empresas de transporte, sino también a los pequeños productores y emprendedores locales, quienes, desde luego, verán en esta vía una puerta abierta al crecimiento.
Previamente, el Ministerio de Transportes y Comunicaciones señaló que el Ferrocarril Chancay-Pucallpa beneficiaría a 12 millones de personas en las regiones de Lima, Pasco, Huánuco y Ucayali, ya que su servicio, además, contemplaría el transporte de pasajeros.
En materia logística, el proyecto Chancay-Pucallpa reduciría los costos haciendo que los productos peruanos lleguen más rápido y a menor precio, tanto a los consumidores locales como internacionales.
Según estudios de la Cámara de Comercio de Lima, una reducción en los costos de transporte de hasta un 10 % podría implicar un crecimiento en el Producto Bruto Interno (PBI) superior al 2 %, dado que muchos sectores productivos, como la agricultura, la minería y la manufactura, verían sus márgenes de competitividad incrementados. Además, la creación de empleos durante las fases de construcción y operación de la infraestructura, implicaría un impulso directo a la economía local en las regiones involucradas.
La creación de un corredor como este, también tendría efectos indirectos: la descentralización económica. Mientras más eficiente sea la conexión entre Lima y las zonas productivas del interior, más viable será el desarrollo de industrias fuera de la capital.
Pucallpa podría convertirse en un hub de distribución que se conecte rápidamente con mercados internacionales a través del puerto de Chancay, mejorando el acceso de productos amazónicos como la madera, los alimentos orgánicos y el cacao. En paralelo, las empresas que se instalen en el interior encontrarían condiciones más atractivas para establecerse, dada la reducción de los costos asociados a la logística.
Sin embargo, el camino Chancay-Pucallpa no está exento de desafíos, especialmente en manos del sector público, siendo el primero de ellos la celeridad y la sostenibilidad. A medida que las infraestructuras crecen, las autoridades deben garantizar que el impacto ambiental y social –considerando las comunidades indígenas– sea minimizado.
CUESTIONES PENDIENTES: SOSTENIBILIDAD Y EFICACIA
El Perú, en particular, enfrenta problemas relacionados con la deforestación y la contaminación en sus regiones amazónicas. Por ello, una inversión de esta magnitud debe estar acompañada de políticas claras que busquen mitigar los efectos negativos sobre el ecosistema y las comunidades locales. Es indispensable que la construcción de vías estratégicas vaya de la mano con estudios de impacto ambiental, con el objetivo de no afectar a las comunidades indígenas de la región.
El exministro Raúl Pérez-Reyes, aseguró brindar el presupuesto para este proyecto el próximo año. Por lo anterior, es vital que el Ejecutivo vaya implementando regulaciones estrictas que obliguen a las empresas involucradas en la construcción y operación a adherirse a estándares ambientales internacionales.
En segundo lugar, la seguridad en la región amazónica debe ser considerada. La construcción de nuevas rutas y la creación de nuevas vías de transporte no solo abre la puerta a las oportunidades económicas, sino también a la posibilidad de un aumento en la actividad criminal. En consecuencia, el gobierno peruano debe fortalecer la presencia del Estado en estas zonas para garantizar la seguridad tanto para las empresas como para las poblaciones locales.
En tercer lugar, queda pendiente garantizar la transparencia y la rendición de cuentas en cada fase del proyecto, pues con una inversión tan grande, el riesgo de corrupción es latente. El seguimiento de los recursos y la implementación de auditorías periódicas son esenciales para asegurar que los fondos sean bien administrados.
Finalmente, se requiere de una visión a largo plazo. Si bien la reducción de costos logísticos y el impulso económico son atractivos inmediatos, el gobierno debe pensar en cómo este proyecto se inserta en un plan de desarrollo más amplio. La interconexión de diversas regiones a través de corredores logísticos debe ir acompañada de una política de industrialización, desarrollo tecnológico y diversificación de la economía.
En un país con una infraestructura desigual, la creación de un corredor multimodal entre la costa y la selva es la oportunidad de oro para romper barreras históricas y garantizar un crecimiento más equilibrado. La travesía de 900 kilómetros, puede ser el inicio de la interconexión vial de Ucayali con Brasil, y puede ir considerándose como un sueño que poco a poco se va haciendo realidad para todos los ucayalinos.